En este sentido, cuando el trabajo es un riesgo se conoce como riesgo laboral, es decir, todo aquello que expone al trabajador ante un factor o un proceso peligroso en el trabajo y que le pueda causar una lesión o enfermedad.
Además, los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales tienen grandes repercusiones en las personas y en sus familias, no sólo desde el punto de vista económico, sino también en lo que respecta a su bienestar físico y emocional a corto y a largo plazo. También puede tener efectos importantes en las empresas, afectando a su productividad, dañando su reputación o poniendo trabas a su competitividad.
Teniendo en cuenta la definición de la Organización Mundial de Salud (OMS), la salud ocupacional es una actividad multidisciplinaria dirigida a promover y proteger la salud de los trabajadores a través de la prevención y el control de enfermedades y accidentes, y la eliminación de los factores y condiciones que ponen en peligro la salud y la seguridad en el trabajo.
También procura generar trabajo seguro y sano, así como buenos ambientes de trabajo realzando el bienestar físico, mental y social.
Así, la salud ocupacional no se limita a cuidar únicamente las condiciones físicas del trabajador, sino también se ocupa de las psicológicas.
¿Qué tipos de riesgos en salud ocupacional existen?
· Riesgos físicos
Son los más habituales y pueden ser provocados por diversas razones, como las condiciones peligrosas en el trabajo, los ruidos excesivos, la iluminación (tanto el deslumbramiento como la oscuridad excesiva, según el nivel de luz), la temperatura, la humedad, las radiaciones, la manipulación de maquinaria pesada, trabajar en alturas elevadas, etc.
· Riesgos biológicos
Aquellas enfermedades producidas por las bacterias, hongos, virus o parásitos con los cuales se ha tenido contacto de algún tipo. Es recomendable tener un control de las vacunas y protegerse con los equipos adecuados en cada trabajo.
· Riesgos químicos
Se producen en ciertos procesos químicos y por el medio ambiente, a través de la inhalación, la ingestión o absorción de ciertas sustancias dañinas. Por eso, hay que tener especial cuidado con aquellas personas que sufran alergias o intolerancias. Es necesario protegerse con mascarillas, guantes y delimitar el área de trabajo.
· Riesgos ergonómicos
Actualmente, son muy numerosos porque existen puestos de trabajo remoto o de oficina, sedentarios o de repetición. Así, incorrectas posturas, levantamiento de peso excesivo o movimientos repetitivos pueden provocar daños físicos que, con el tiempo, pueden convertirse en crónicos.
· Riesgos psicosociales
Asociados al estrés, la monotonía, la fatiga… Para prevenirlas es esencial respetar los horarios laborales, facilitar la conciliación familiar y personal, los descansos de 15 minutos a partir de las 6 horas. Un buen ambiente de trabajo y la reducción de estos factores ayudaran a tener una buena salud ocupacional.
· Riesgos mecánicos
Están asociados a trabajos en altura, un mal uso de herramientas o equipos defectuosos. Para ello es importante revisar la maquinaria con la que se trabaja para evitar posibles incidentes.
· Riesgos ambientales
Son aquellos propios de la naturaleza: las tormentas, las lluvias, las inundaciones, los terremotos… Es decir, aquellos riesgos que no se pueden controlar y, en ese sentido, hay que ser previsible y prudente.
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